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La tecnología dispara las pruebas médicas para diagnóstico e

Publicado: Lun Feb 08, 2010 7:15 pm
por annie
La tecnología dispara las pruebas médicas para diagnóstico en Navarra
Fuente:
Diariodenavarra.es
Cita:
" - Las resonancias magnéticas crecen un 247% en una década: de 7.477 a 26.005
- Los médicos destacan el valor diagnóstico de las pruebas pero reconocen que "puede haber una sobreutilización"
- El aumento de población, de expectativa de vida, la presión del paciente o la falta de tiempo en consulta, factores clave
M.J.E. . PAMPLONA Lunes, 8 de febrero de 2010 - 04:00 h.
La tecnología ha entrado de lleno en las consultas de medicina. Ya no hay que pensar en un caso "raro" o en una prueba sofisticada para encontrar los últimos avances técnicos aplicados al paciente: un dolor de rodilla o una molestia de estómago conllevan, en gran parte de los casos, una prueba diagnóstica.

* Jorge Olier, radiólogo: "La exploración física va a menos"

* TAC y resonancia permiten ver los daños sufridos en el cerebro tras un ictus

La resonancia magnética, el escáner o las endoscopias están a la orden del día y mientras hace un par de décadas se realizaba una exploración física y, en ocasiones, unas pruebas radiológicas (rayos X) o una biopsia, hoy el paciente es sometido a un estudio rápido del interior del organismo.

Prueba de ello es el espectacular incremento de estas pruebas sólo en la última década. Por ejemplo los estudios de resonancia magnética, una de las últimas técnicas que se han generalizado, han crecido un 247%: de 7.477 en el año 2000 a 26.005 el año pasado. Las pruebas de escáner (TAC) un 25,7%: de 34.538 en 2000 a 43.439 el año pasado. Y las endoscopias digestivas (gastroscopias, colonoscopias, etc.) han pasado de 13.352 en 2005 a 21.586 en 2009: un 61,6% más.

El aumento de la población, de la expectativa de vida; la medicina defensiva por parte del profesional, casi obligado a que no se le "escape" nada; la presión del paciente, que vigila más su salud, conoce las técnicas y las demanda; el hecho de que el paciente no pague directamente por una prueba en la sanidad pública, lo que contribuye a que las solicite, o, simplemente, la falta de tiempo para llevar a cabo exploraciones físicas más largas y dar más explicaciones son algunas de las causas que se apuntan para justificar este incremento.

Los profesionales coinciden en que puede existir una "sobredimensión" o "sobreutilización" en algunas pruebas. "La resonancia magnética es de enorme utilidad para muchas patologías pero en ocasiones se usa sin un objetivo práctico.... Sólo para ver, sin un propósito concreto de solución", afirma Jorge Olier, jefe de Radiología del Hospital de Navarra. Con todo, los especialistas destacan el enorme avance que han supuesto estas técnicas en el diagnóstico de muchas patologías. "En procesos como el ictus son fundamentales. No hay que escatimar sino ir a más", apunta Jaime Gállego, neurólogo y responsable de la Unidad de Ictus del Hospital de Navarra.

Más población, más pruebas

La actividad sanitaria crece. En 2009 se realizaron 377.125 primeras consultas en asistencia especializada; 42.355 operaciones programadas y 155.105 pruebas diagnósticas (en 2008) de especial seguimiento (no incluye, por ejemplo, radiografías convencionales que superan el medio millón al año).

En el caso de las pruebas de mayor tecnología, como la resonancia magnética y el escáner, la consejera María Kutz aporta una clave para explicar el aumento: "se han convertido en pruebas diagnósticas rutinarias. Permiten afinar mucho en el diagnóstico. Se ha mejorado muchísimo", dice. En el futuro tiene claro que "irán a más".

A juicio de la consejera tanto el aumento de la población como la mayor supervivencia influyen. "No sólo vamos a vivir más tiempo sino que seremos más personas en determinadas franjas de edad, sobre todo mayores". De hecho, en una década la población navarra con TIS ha crecido un 22%% y de 515.631 en 2000 se ha pasado a 627.321 en 2009.

El traumatólogo Ángel Hidalgo, jefe de sección de Cirugía de Raquis de la Clínica Ubarmin y Hospital Virgen del Camino, explica que la población anciana tiene más problemas osteoarticulares y neurológicos propios de la edad (casi 60.000 navarros superan los 75 años). No obstante, tanto el anciano como su familia quieren que el tiempo que va a vivir sea con la máxima calidad. "Implica que actualmente estemos operando pacientes afectados de patologías degenerativas de cadera, rodilla, hombro y columna, por ejemplo, que hace unos años no eran intervenidos porque el propio paciente, en unos casos, o los cirujanos, en otros, considerábamos que eran demasiado mayores para operarse". Ahora se intervienen y eso requiere las oportunas exploraciones".

¿Sobreutilización? La consejera Kutz opina que el aumento está plenamente "justificado". Hidalgo afirma que en Navarra existe una buena calidad en la prestación de servicios sanitarios que incluyen "necesariamente" la realización de pruebas complementarias que facilitan y acortan el diagnóstico. Y el radiólogo Jorge Olier añade que el terreno está abonado para el aumento: "son pruebas muy útiles, liberan de responsabilidad y el médico no tiene mucho tiempo".

El problema, añade, es que no se ha analizado la demanda. "Si no hay medios la demanda se autoretrae, se buscan alternativas. Como en Navarra hay recursos sanitarios, se fomenta". En esta línea añade que nos encontramos en una situación de "pescadilla que se muerde la cola". Los programas extraordinarios para reducir listas de espera, por ejemplo, implican un aumento de petición de pruebas diagnósticas, ya que hay más consultas. "Es una cadena", dice. Y, en concreto, opina que "las peonadas generan un círculo vicioso que aumenta el consumo de exploraciones". Por contra, el experto aboga por analizar la productividad en horario ordinario, para dejar sólo las peonadas mínimas, y por dejar que la responsabilidad de la gestión de los recursos recaiga también en los médicos.

Con todo, otra incógnita es si la sanidad podrá costear estas pruebas si la demanda sigue creciendo. El coste medio de una resonancia oscila entre 300 y 500 euros y el de un escáner entre 300 y 400, según la prueba (si utiliza o no contraste, por ejemplo) y la productividad del aparato. La población, mayoritariamente, desconoce estas cifras. "Si se supiese lo que cuestan muchas personas las restringirían, en la medida de lo posible", opina Olier. Aunque añade que nunca, en ningún caso, se debe dejar de hacer una prueba útil, que proporcione información necesaria, por dinero. "Esa es la enorme ventaja de la sanidad pública".
fin de la cita.
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