Ahhhhhhhhhhhh....ahora lo entiendo....
Mi plan era colgar historietas con las que yo hubiera sonreido/reido en su momento....pero me alegra saber que a través de esto hayas conseguido tú algún blog que a ti te interese....
Yo a lo mio...
Para el día 3
LLUVIA DORADA
Si volviera a reencarnarme, probablemente volvería a hacer medicina. Soy así de gilipollas, qué le voy a hacer. Lo que sí sé es que jamás de los jamases, ni reencarnada en Bob Marley hasta las trancas de maría, sería ginecológa. Independientemente de que la relación entre Anestesia y Ginecología sea una relación amor-odio, que da para otro post (y que será contada en otra ocasión), los ginecólogos son la raza médica nosocomial, después de los Urgenciólogos, que más jodido lo tienen. No por sus guardias, que también. No por lo estresante que es tener dos pacientes al mismo tiempo en vez de uno, que también. Sino porque su lugar de trabajo (conocido vulgarmente como Villaconejos de Abajo) tiene infinidad de riesgos asociados. Ejemplo claro. Paciente de 60 años, anestesia espinal, va a ser operada de una incontinencia urinaria. El ginecólogo se coloca entre sus piernas y dice, imprudentemente:
- A ver, Doña Antonia, tosa.
La paciente obedece y un chorro de líquido ambarino y caliente sale disparado al pecho del excelentísimo doctor.
- Aaaaaah – dice él.
- Aaaaggg – dicen los demás
La señora levanta la cabeza ante tanta exclamación y, al ver que ha bautizado a su ginecólogo, lejos de ruborizarse, le entra el ataque de risa.
- Jajajajaja – y con cada “Ja” sale, cual metralleta a propulsión, un chorrito de pis que remata al ginecólogo, demasiado estupefacto para quitarse de en medio.
- Ejem - suspira al fin – Me voy a duchar. Cinco minutos y empezamos.
Lo dicho. Ni jarta de grifa que estuviera.
Para mi tío Miguel, sufrido ginecólogo, que trajo al mundo al Terrorista y que me hace reir tantas veces con sus historias.
http://blogdrajomeini.blogspot.com/2010 ... orada.html
Hasta mañana